Amigo Viajero que has llegado hasta aquí en busca de reposo y del buen yantar que restaure tu cansancio, es menester que conozcas que esta casa, que hoy te sirve, fue en su tiempo solar para goce y disfrute del espíritu.  
   
 
Estos muros de noble fábrica fueron levantados allá por los años que daban comienzo al siglo XVII bajo la iniciativa de los monjes Basilios que abandonaban así su convento en las márgenes del río Cega, convirtiendo ésta en su sede de sacrificio y oración

 
   
 No desfallezca, pues vuestro ánimo, que la intención de solazar el espíritu no esta reñida con los placeres de la buena mesa.

Reconfortad vuestro cuerpo, gozad de los placeres gastronomitos, disfrutad de un vaso de buen vino, acomodaos en sana conversación que hace amigos, y notaréis como después os sentís más dispuestos a emprender nuevos caminos.